Google y OpenAI: la carrera armamentista de la IA y la controversia que rodea el desarrollo de Bard

La industria de la tecnología actualmente está experimentando un aumento en el desarrollo e implementación de inteligencia artificial (IA). OpenAI, un laboratorio de investigación fundado por luminarias tecnológicas como Elon Musk y Sam Altman, está a la vanguardia de esta tendencia, con sus modelos de IA como ChatGPT y GPT-4 que ya están causando sensación en la industria. Como resultado, Google, el gigante de los motores de búsqueda, ha intensificado sus propios esfuerzos de desarrollo de IA, pero no sin cierta controversia.

 

La carrera armamentista de la IA y la controversia en torno al desarrollo de Bard

Durante años, el motor de búsqueda de Microsoft, Bing, desempeñó un papel menor en el mercado, mientras que Google permaneció firmemente arraigado como el jugador dominante. Sin embargo, con la llegada de ChatGPT y GPT-4, que ya se integraron en Bing, Google comenzó a sentir el calor. Los impresionantes resultados proporcionados por estos modelos de IA han activado una alerta roja en Mountain View, California, lo que llevó a Google a emitir un mandato para toda la empresa para centrarse en el desarrollo de IA.

En respuesta, Google ha desarrollado una IA llamada Bard, pero no ha tenido tanto éxito como ChatGPT y GPT-4. Según un informe de The Information, es posible que los esfuerzos de Google para ponerse al día con OpenAI no hayan sido completamente honestos. El informe sugiere que Bard pudo haber sido entrenado usando datos obtenidos de OpenAI o ChatGPT a través de un sitio web llamado ShareGPT, que publica conversaciones de usuarios con ChatGPT.

Según los informes, estas acusaciones fueron presentadas al CEO de Alphabet, Sundar Pichai, por un ex desarrollador de Google llamado Jacob Devlin. Sin embargo, a pesar de la advertencia, Google ha negado las acusaciones y su portavoz Chris Pappas afirma que "Bard no está capacitado con los datos de ShareGPT o ChatGPT". Esto no ha impedido que algunos observadores de la industria cuestionen las acciones y los motivos de Google.

La controversia en torno a los esfuerzos de desarrollo de IA de Google subraya la intensa competencia y las maniobras para posicionarse en la industria de la tecnología. La IA tiene el potencial de transformar muchos aspectos de la vida moderna, desde la atención médica y la educación hasta las finanzas y el transporte. Como tal, no sorprende que las empresas estén invirtiendo fuertemente en investigación y desarrollo de IA. Sin embargo, como ilustra la saga Google-Bing-OpenAI, esta competencia también puede conducir a tácticas y comportamientos cuestionables.

Al final, el ganador en la carrera de la IA puede no ser la empresa con la mayor cantidad de fondos o la mayor participación de mercado, sino la que puede navegar de manera más efectiva los desafíos éticos y morales que conlleva el desarrollo y la implementación de tecnologías avanzadas. Si bien la IA es una gran promesa, también plantea preguntas importantes sobre la privacidad, la seguridad de los datos y la naturaleza de las interacciones entre humanos y máquinas. La industria de la tecnología debe lidiar con estos problemas a medida que avanza en el desarrollo de la IA, para no ser víctima de su propio éxito.

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